
Me desperté.
No había amanecido.
Lasimágenes del sueño todavía dibujaban en mi cabeza su risa tonta, su mirada anodina, sus labios finos y amarillos.
Vi lágrimas azules sobre la arena de su cara en una
playa desierta del norte de España. Y las olas borraban su rostro en el infinito de mi sueño.
playa desierta del norte de España. Y las olas borraban su rostro en el infinito de mi sueño.
Me di la vuelta.
Le vi a mi lado con su
risa tonta, roncando y con la boca abierta.
risa tonta, roncando y con la boca abierta.
Ya no soñé nada.
Me fue imposible
volverme dormir.
volverme dormir.
Ilustración: Marc Chagall, Promenade, 1918.