La calle se ha cerrado cuando llego a mi destino.
Llamo a la puerta antes de lo que pensaba. Se abre lentamente chirriando por la
herrumbre del tiempo, pero todavía en pie, resistiendo el envite de los años y los
males de mi vida.
He aquí mi futuro que desde hace años me espera, sin rostro, con el cuerpo desmembrado.Y cuánto se parece a mí.